lunes, 20 de octubre de 2008

la moda de chile en 1910 a 1920


La influencia europea en la sociedad chilena

La moda femenina en Chile ha estado determinada, desde sus inicios, por la influencia extranjera. Durante la Colonia, la presencia española marcó la tendencia estética de las mujeres y hombres, imponiéndose el estilo rígido y severo de las telas y modelos que se usaban en la corte de los Habsburgo, cuya riqueza contrastaba con la pobreza existente en Chile. Durante el siglo XVIII, con la llegada de los Borbones al trono español, se introdujeron prototipos estéticos que llegaban con desfase. Se conservaron elementos del traje español, pero se reflejaba la influencia francesa en los escotes y las telas más livianas. Durante el siglo XIX, se produjo un afrancesamiento en diversos ámbitos de la vida nacional y la moda femenina adoptó esta estética. A pesar de la incorporación de elementos como los quitasoles para los paseos, en general se mantuvo la costumbre del siglo XVIII de trenzar los cabellos sobre la cabeza y de cubrirse con un velo al salir a la calle, así como el uso del abanico. Los trajes de fiesta, durante este siglo, fueron similares a los de la tarde, pero más escotados y de materiales costosos como la seda y el encaje. Desde mediados del siglo XIX en adelante, se dieron cambios graduales en la moda. Estos se producían en Europa por razones económicas, sociales e incluso políticas, y a Chile llegaban un poco más tarde, a través de los extranjeros que visitaban las nuevas repúblicas americanas o chilenos que regresaban desde Europa. Se introdujeron así las amplias faldas. Para cada momento y actividad del día correspondía un traje distinto: para la mañana y la tarde, para el juego de cartas, el paseo al aire libre y la noche. También las estaciones del año determinaban las modas y, así como para el verano eran importantes los trajes de baño , las pieles y abrigos lo eran para el invierno. Además de las tenidas cotidianas, los trajes de novia fueron una gran preocupación en toda época. En el primer decenio del siglo XX, la influencia en la moda llegaba de Inglaterra y de Francia, países en los cuales se vivía una época de ostentación. Durante las primeras tres décadas del siglo XX, las mujeres de clase media que empezaron a trabajar como institutrices, secretarias y dependientas comenzaron a usar los trajes-sastre que facilitaban el trabajo y eran más económicos. Durante la Primera Guerra Mundial, el traje sastre se impuso en Europa como un atuendo adecuado para las actividades de las mujeres en torno a la guerra. Por esto, los países como Chile, que seguían la moda europea, adoptaron las nuevas tendencias imperantes en el viejo continente desde la primera década del siglo. Durante el período de entre guerras, y desde la década del 30, la moda también empezó a adaptarse a los cambios tecnológicos, como la llegada del automóvil. Los cambios se hicieron más rápidos y drásticos en lo social y político, y la moda comenzó un proceso de democratización, en el cual las telas se hicieron más accesibles y la producción en serie de la moda se extendió tanto entre las elites como en las clases medias


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